Los principales valores

VALORES HUMANOS

Valor Humano, es aquello que hace buenas a las cosas, aquello por lo que las apreciamos, por lo que son dignas de nuestra atención y deseo. El valor es todo bien encerrado en las cosas, descubierto con mi inteligencia, deseado y querido por mi voluntad. Los valores dignifican y acompañan la existencia de cualquier ser humano.

Los valores humanos, por tanto, es la convicción razonada y firme de que algo es bueno o malo y de que nos conviene más o menos. Los valores reflejan la personalidad de los individuos y son la expresión del tono moral, cultural, afectivo y social marcado por la familia, la escuela, las instituciones y la sociedad en que nos ha tocado vivir. 


Un valor humano, por lo tanto, es una virtud leer mas



        Facultades superiores muy nobles que tiene el hombre

Inteligencia:
Con la inteligencia el hombre descubre que las cosas son portadores de valores, tienen valores. Gracias a la inteligencia él sabe que puede comportarse sensatamente y guiarse no por el capricho, sino por lo que la razón le hace entender que es bueno, con la inteligencia puede sopesar las cosas.

Importancia de la inteligencia
El Ser Humano se encuentra constantemente en crecimiento, siendo un ser vivo que si bien está en constante influencia de los estímulos que el medio donde habita le envía, muy por el contrario a lo que sucede con los animales es capaz de poder aislarse de él y seguir sus propias acciones, realizando Actos Voluntarios en lugar de guiarse por actos instintivos, y permitiendo así la resolución de distintos conflictos y saciando sus necesidades básicas de acuerdo a cada una de estas pulsiones.



Datos curiosos sobre la inteligencia

El estudio de la inteligencia en el siglo XIX estuvo dominado por la craneometría (frenología), ciencia que aspiraba a relacionar las características psicológicas de las personas con las diferentes medidas de su cerebro. Entre los estudios realizados se hallaron por ejemplo, que el cerebro de los alemanes era más grande que el de los franceses, que era mayor el cerebro de los criminales, etc.

Afortunadamente las medidas complejas de la inteligencia aparecen con Alfred Binet en 1905, cuando el gobierno francés le pide la elaboración de un test que pudiese detectar a aquellos niños que no podían seguir el ritmo habitual de la escuela. De aquí nace la famosa escala Binet-Simon, que es un cuestionario compuesto con distintas preguntas relacionadas con el razonamiento y la resolución de problemas. A partir de ahí se multiplicaron igualmente los tests que proporcionan, no una medida de cociente de inteligencia global del sujeto, sino de aptitudes específicas como las mecánicas, burocráticas, musicales o artísticas. 

Es importante mencionar que en nuestros primeros años de vida las medidas de inteligencia pueden ser más universales: la edad a la que empezamos a hablar, a andar, a comer por uno mismo. Pero, a medida que crecemos, los diferentes ambientes favorecen el desarrollo de habilidades distintas (si yo nací en una ciudad los requerimientos del ambiente no serán iguales que si hubiese nacido en el campo, es decir las habilidades que se desarrollen en mi varían según el contexto ambiental y sociocultural).

Y... que hay de la inteligencia emocional
La inteligencia emocional es un tema de interés general por parte de la sociedad.

Conocer las propias emociones: El principio de Sócrates “conócete a ti mismo” se refiere a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas.

Manejar las emociones: La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones interpersonales.

Motivarse a sí mismo: Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y motivación están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar atención, automotivarse, manejarse y realizar actividades creativas. El autocontrol emocional conlleva a demorar gratificaciones y dominar la impulsividad, lo cual suele estar presente en el logro de muchos objetivos. Las personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden.

Reconocer las emociones de los demás: Un don de gentes fundamental es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones. La empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la ayuda y servicios en sentido amplio (profesores, orientadores, pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas, etc.

Establecer relaciones: El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los demás.

                                          Test de inteligencia 


Voluntad:
Con la voluntad libre: rompe su indiferencia frente a las cosas y decide lo que aquí y ahora vale más para él y elige. Y al elegir, jerarquiza las cosas y se compromete con lo que elige. Al hacer esto forma en sí actitudes que pronto se convertirán en hábitos operativos. Si lo que ha elegido es bueno y le perfecciona, entonces llega a la virtud, que es la disposición permanente a comprometerse como hombre, a hacerse más hombre



La voluntad es la capacidad de los seres humanos que nos mueve a hacer cosas de manera intencionada, por encima de las dificultades, los contratiempos y el estado de ánimo. 

Todo nuestro actuar se orienta por todo aquello que aparece bueno ante nosotros, desde las actividades recreativas hasta el empeño por mejorar en nuestro trabajo, sacar adelante a la familia y ser cada vez más productivos y eficientes. En base a este punto, podemos decir que nuestra voluntad opera principalmente en dos sentidos:

- Como podemos ver la intención no basta, como tampoco el saber lo que debemos hacer. La voluntad se manifiesta "haciendo". Se nota claramente una falta de voluntad cada vez que retrasamos el inicio de una labor; en nuestras actividades, cuando damos prioridad a aquellas que son más fáciles en lugar de las importantes y urgentes o siempre que esperamos a tener el ánimo suficiente para actuar. La falta de voluntad tiene varios síntomas y nadie escapamos al influjo de la pereza o la comodidad, dos verdaderos enemigos que constantemente obstruyen nuestro actuar.

- Podríamos comparar a la voluntad con cualquiera de los músculos de nuestro cuerpo, estos últimos se hacen más débiles en la medida que dejan de moverse. Lo mismo ocurre con la voluntad: cada situación que requiere esfuerzo es una magnífica oportunidad para robustecerla, de otra forma, se adormece y se traduce en falta de carácter, irresponsabilidad, pereza, inconstancia.

El acto voluntario tiene los siguientes momentos:

 1. Deliberación consciente de los motivos que llevan a la acción.
2. La decisión de realizar el acto.

3. La ejecución.

4. La asunción de responsabilidades.

Un claro ejemplo, si alguien va caminando por la calle, tropieza y cae, y al caer golpea a otra persona lastimándola, esa acción no fue voluntaria, pues no fue ni pensada ni querida por su autor.

Cuando una persona pone su dedicación y esfuerzo en la consecución de un fin por él elegido, ya sea por placer o por deber, se dice que esa persona es voluntariosa.

                        Mensajes positivos para lograr la fuerza de voluntad



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